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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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03-10-2010

 

 

 

Comunicado de "Familiares de Detenidos Desaparecidos" sobre los reclamos de los militares

"Estas FFAA no contribuyen a la defensa nacional, la socavan"

SURda

 

 

 

En los últimos tiempos y a propósito de la discusión del Presupuesto Nacional, se han sucedido hechos y posturas en relación a las FFAA. Hechos que son preocupantes por lo que revelan y que merecen ser tratados con mayor profundidad. Pensamos que es necesario generar la reflexión ciudadana sobre los mismos. Ese es el sentido de las líneas que siguen.
Es sabido que las FFAA, protagonistas del golpe de Estado y verdadero núcleo organizacional de la dictadura cívico-militar, se enseñorearon durante 13 años del poder absoluto en este país. En ese período se cometieron crímenes reiteradamente denunciados y probados. Ellas reprimieron, clasificaron los ciudadanos, dictaron y ejecutaron todas las políticas nacionales e internacionales del país e intervinieron en lo privado. Nada, absolutamente nada, quedó fuera de su voluntad de control. Todo lo que no podían controlar (partidos políticos, sindicatos, prensa, etc.) fue prohibido y sus integrantes y promotores perseguidos. Durante el goce de ese poder mal habido, incrementaron sus efectivos en un número récord y consecuentemente multiplicaron cargos y grados para la oficialidad... más galones, más cargos, más sueldos. Su máximo intento de consolidación fue la reforma constitucional derrotada por la ciudadanía en 1980. Como no podía ser de otra manera encallaron al país y su gente en el magma del atraso, la corrupción, la pobreza, el endeudamiento, la condena internacional, el desastre. Todos sabemos los costos humanos, sociales, económicos, civilizatorios que nos dejaron.
Ellas, de alguna manera conscientes de que en algún momento, con el advenimiento de la democracia llegaría la hora de rendir cuentas, se abroquelaron, se aferraron a su poder y a su forma de ejercerlo. Ya no serían "el Estado", pero sí "un Estado dentro del Estado". Enquistadas, su mentalidad quedó fijada en la época y modus operandi de su tiranía. Así Medina encerró en su caja fuerte las citaciones judiciales a militares, después se implicaron en el caso Berríos (1992), coparon la Comisaría de Parque del Plata, secuestraron y asesinaron a Berríos, trucaron fotos para "demostrar" al Parlamento que estaba vivo... y los generales se compactaron para enfrentar los reclamos del presidente Lacalle que debió regresar apresuradamente de Londres. Años después ­bajo la Presidencia de Batlle­ le mintieron a la Comisión para la Paz. Después le mintieron al presidente Vázquez en los informes sobre los desaparecidos que solicitó a las respectivas armas y sobre el lugar donde estarían los restos de María Claudia García de Gelman. También, en 2008, el general Rosales se permitió criticar en Santiago a la Justicia chilena a propósito de los coroneles procesados en Chile. Siempre prepotentes, vanidosas, ellas no rinden cuentas. Se creen ­y de alguna manera lo son­ impunes.
Ahora, cuando se ha conocido la corrupción en el manejo financiero administrativo, cuando acaban de sentenciar en Chile a los oficiales implicados en el asesinato de Berríos, pensábamos que tal vez las FFAA tuvieran un gesto de pundonor. Pero nos equivocamos, no dijeron nada al respecto. En cambio, sí abrieron la boca para defender sus bolsillos y privilegios. Claro, disfrazaron su avidez invocando la pobreza de la tropa; la misma tropa a la que le tocó la tajada flaca cuando la oficialidad repartió los dineros de las Misiones de Paz y se quedó con la tajada gorda. La misma tropa por la que se hacen servir en la vida cuartelera y en la privada.
Los "abnegados defensores de la Patria" amenazaron con retirarse prematuramente porque jubilados ganan más. Los coroneles se insubordinaron, ya que les habían mandado (el mando es otro de sus valores de oro) quedarse quietos y chitos y se fueron a corcovear a sus "instituciones sociales", cuyas autoridades salieron al ruedo a defender la corporación con el discurso paranoico de la venganza y del complot de contrainformación y otra serie de delirios que debimos escuchar con paciencia y tolerancia y que no logra más efecto que hundirlos en la consideración ciudadana. "Instituciones sociales" que ahora se preocupan por los costos de las excavaciones destinadas a encontrar los restos de nuestros familiares... Sí señores, no tendríamos que gastar ni un peso si ustedes no los hubieran matado y enterrado clandestinamente o, si admitiendo su responsabilidad, dijeran dónde están. Así que éste es uno de los costos de su criminalidad y su cobardía.
Todo esto nos lleva a razonar que: Vivimos en un país que hace denodados esfuerzos por salir de la pobreza, del endeudamiento y del caos administrativo. Que hace esfuerzos por incrementar su producción, por ser serio y ganar la confianza de su gente y de la del exterior, por cumplir con las normas del derecho nacional e internacional.
Somos un país con una superficie que apenas araña el 1% de la de Sudamérica...
Un país que ha comprendido que su soberanía, independencia y seguridad dependen del desarrollo de su economía, de su respeto del derecho, de su educación y cultura, de sus relaciones internacionales. Que dependen de la calidad de la convivencia entre sus pobladores, de su compromiso con la paz y la libertad, con la integración regional; que ha votado una Ley Marco de Defensa Nacional que refleja estos aspectos.
Entonces, ¿qué hacemos manteniendo unas FFAA cuya proporción por habitante (7 cada mil) es la más alta de la región? ¿Por qué mantenemos agregados militares cuyo costo anual ronda los 8 millones de dólares? ¿Por qué ­con todas las limitaciones económicas y las inversiones que debemos hacer para sacar el país del pozo­ destinamos el 1,2% del PBI a mantener esta burocracia obsoleta y armada?
Estas FFAA, con sus crímenes de antes y durante la democracia, no contribuyen a la defensa nacional, al contrario, la socavan. Estas FFAA persistentes en su silencio y mentiras, están divorciadas de la población y eso las cuestiona como elemento de defensa. Estas FFAA que insisten en no subordinarse más que superficialmente a los poderes constituidos, que aspiran a mantener su indisciplinada autonomía, que miran con aversión toda legislación que implique subordinarlas al poder político, son un riesgo para la democracia. Estas FFAA que parecen no darse cuenta que la guerra fría terminó, que las dictaduras ya se tuvieron que ir, no son más que la ignominiosa presencia de nuestro peor pasado. Desprestigian al país y deshonran sus tradiciones.
Estas FFAA no dan garantías de que Nunca Más el terrorismo de Estado va a abatirse sobre nosotros o las generaciones futuras. Por eso nosotros, continuaremos siguiendo atentamente sus acciones. Por eso estaremos inclaudicablemente defendiendo el Estado de Derecho y sus legítimas autoridades.
En este sentido, invitamos a los partidos políticos, a los gremios y sindicatos, a todas las organizaciones de la sociedad civil, a plantearse seriamente dónde radica nuestra Defensa Nacional, para qué y qué FFAA necesitamos y hacer llegar estas reflexiones al mayor número de personas posibles comprendiendo que en esto se juega gran parte de nuestro futuro como país y como sociedad.

 

 

 
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